Paradigmoterapia.
Pablo Delgado Rannauro
Pablo Delgado Rannauro
Los señalamientos: preventivos, informativos y restrictivos.
Los accidentes entre automovilistas y transportistas se llevan muy seguido las ocho columnas de la nota roja en los periódicos, por la magnitud de los daños materiales y de las personas, son más impresionantes en las carreteras que en las ciudades.
La cultura vial no es promovida por las autoridades, ni exigida por los ciudadanos: como es de conocimiento público el aforo vehicular se incrementó los últimos 6 años en 60%.
Tenemos las mismas calles y las mismas carreteras pero somos más los que nuestros vehículos circulamos por ellas.
Es impresionante la velocidad que alcanzan los vehículos en pocos segundos, me he preguntado ¿de qué manera se podrían disminuir los accidentes? Y planteo algunas respuestas:
exigir a la autoridad colocar señalamientos viales, en los lugares que se requieren.
capacitar a nuestros policías y agentes en la seguridad vial.
promover la cultura vial por parte de las autoridades.
promover la participación ciudadana en la comisión de tránsito y vialidad.
sincronizar los semáforos en las ciudades.
aplicar el uno por uno en donde el aforo vehicular sea alto.
exigir que la autoridad haga cumplir los límites de velocidad.
campañas publicitarias para tomar conciencia en el respeto a los señalamientos.
en las escuelas a los alumnos se les debe enseñar el respeto a los reglamentos de tránsito.
protección civil debe de ser la encargada de vigilar que este bien puestos los señalamientos, de acuerdo a la normatividad.
realizar foros de seguridad vial.
Desde luego el ánimo de escribir sobre este tema es que para mi no pasa desapercibido el número creciente de accidentes en sitios recurrentes: como el tramo de la autopista Rio Blanco- Nogales.
Muchas familias entran diariamente al luto por los accidentes que se ocasionan en ese tramo, lo más preocupante es que no se hace nada por atacar esa gravísima situación.
Tenemos un problema como sociedad: después del niño ahogado queremos tapar el pozo, tendrá que pasar una tragedia como la de hace dos años donde un autobús que transportaba a los jóvenes que regresaban de un retiro espiritual: se fuera al precipicio y todo porque no estaba bien señalado la entrada a la rampa de emergencia para frenarlo.
Exhorto a las autoridades municipales a que le exijan a las federales, también a las estatales que se pongan las pilas y que todos juntos disminuyan el número de accidentes.
-pablodelgado14@hotmail.com-
La cultura vial no es promovida por las autoridades, ni exigida por los ciudadanos: como es de conocimiento público el aforo vehicular se incrementó los últimos 6 años en 60%.
Tenemos las mismas calles y las mismas carreteras pero somos más los que nuestros vehículos circulamos por ellas.
Es impresionante la velocidad que alcanzan los vehículos en pocos segundos, me he preguntado ¿de qué manera se podrían disminuir los accidentes? Y planteo algunas respuestas:
exigir a la autoridad colocar señalamientos viales, en los lugares que se requieren.
capacitar a nuestros policías y agentes en la seguridad vial.
promover la cultura vial por parte de las autoridades.
promover la participación ciudadana en la comisión de tránsito y vialidad.
sincronizar los semáforos en las ciudades.
aplicar el uno por uno en donde el aforo vehicular sea alto.
exigir que la autoridad haga cumplir los límites de velocidad.
campañas publicitarias para tomar conciencia en el respeto a los señalamientos.
en las escuelas a los alumnos se les debe enseñar el respeto a los reglamentos de tránsito.
protección civil debe de ser la encargada de vigilar que este bien puestos los señalamientos, de acuerdo a la normatividad.
realizar foros de seguridad vial.
Desde luego el ánimo de escribir sobre este tema es que para mi no pasa desapercibido el número creciente de accidentes en sitios recurrentes: como el tramo de la autopista Rio Blanco- Nogales.
Muchas familias entran diariamente al luto por los accidentes que se ocasionan en ese tramo, lo más preocupante es que no se hace nada por atacar esa gravísima situación.
Tenemos un problema como sociedad: después del niño ahogado queremos tapar el pozo, tendrá que pasar una tragedia como la de hace dos años donde un autobús que transportaba a los jóvenes que regresaban de un retiro espiritual: se fuera al precipicio y todo porque no estaba bien señalado la entrada a la rampa de emergencia para frenarlo.
Exhorto a las autoridades municipales a que le exijan a las federales, también a las estatales que se pongan las pilas y que todos juntos disminuyan el número de accidentes.
-pablodelgado14@hotmail.com-
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