Recibió el doctorado honoris causa por la Universidad Autónoma de Nuevo León
Monsiváis: domina en el país el universo de los reprobados virtuales y prácticos
■ La educación a tropezones se traduce en una clase dirigente de capacidades vacilantes, dijo el escritor
■ La universidad pública “es una de las grandes raíces formativas de la nación”
David Carrizales (Corresponsal)
Ampliar la imagen El rector José Antonio González Treviño inviste con el grado de doctor honoris causa a Carlos Monsiváis Foto: Pablo Cuéllar/ Vida Universitaria
Monterrey, NL, 12 de septiembre. La educación pública o privada dista mucho de pasar por su mejor momento, de ahí que en la vida nacional lo mismo en México que en otros países, “domina el universo de los reprobados virtuales y prácticos”, señaló el escritor Carlos Monsiváis, al recibir el doctorado honoris causa por la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL).
En el contexto de las actividades por la celebración del 75 aniversario de la máxima casa de estudios de la entidad, que se cumple el próximo día 25, en sesión solemne del Consejo Universitario, el cronista expuso que “un país educado a tropezones, se traduce instantáneamente en una clase dirigente de capacidades vacilantes y concepciones frágiles”.
El autor de Nuevo catecismo para indios remisos, al agradecer la distinción, señaló que es “inmerecida, aunque, si me muestro ingrato con mi espíritu humilde, declaro que este acto me permite una gran alegría”.
Asimismo, indicó que “conviene advertir, o mejor reconocer las zonas de excelencia de la enseñanza pública, y que no todo en la enseñanza pública es exclusión, ni mucho menos, si en proporción altísima (las universidades) satisfacen como pueden los requerimientos del país”.
Sin hacer de lado la crítica agregó que aún quedan lejos los tiempos para reducir desigualdades sociales mediante la educación pública, pero asentó que son las universidades públicas las que mueven al país, aunque no de forma perfecta.
“Con sus errores, limitaciones y urgencia de autocrítica, las universidades públicas han sido y seguirán siendo uno de nuestros estímulos primordiales.”
Monsiváis expresó que si en las universidades públicas no hay debate, difícilmente lo habrá en otra parte, pues siempre han sido por excelencia un espacio de confrontación, crítica, entusiasmos y a veces de sectarismos.
Para el autor que analiza los temas actuales con gran seriedad y sentido del humor, y fue calificado por el rector José Antonio González Treviño como “el padre de la crónica en México”, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) “sigue siendo el sitio mayor de las discusiones”, como se ha demostrado recientemente con sus aportes al tema de la reforma energética.
Entre el debate y la melancolía
Carlos Monsiváis se manifestó convencido de que cada momento del debate arrastra a los estudiantes y que “si esta etapa del país no se va a caracterizar por el debate, se va a distinguir por la melancolía”.
En general, dijo, la universidad pública es “una de las grandes raíces formativas de la nación”.
Añadió que “hay ventajas en la educación pública innegables, y también en la privada, y no es cosa de ponerlas a contender, aunque ya se dijo que todo en la vida es competitivo, porque sólo así se demuestra que se está viviendo el neoliberalismo.
“En la gran mayoría de los países –subrayó– la educación pública o privada dista de vivir su mejor momento para la formación integral de los estudiantes.”
La crisis educativa, afirmó, significa que en cada país domina el universo de reprobados virtuales y prácticos.
El rector de la UANL, dijo que Monsiváis, “ha forjado un lenguaje distintivo y auténtico para representar la riqueza de la cultura popular, el espectáculo de la modernización urbana, los códigos del poder y las mentalidades”.
Además, expuso, “es uno de los más reconocidos intelectuales mexicanos a través de su obra, con la que ha renovado las formas de la crónica periodística, el ensayo literario y el pensamiento contemporáneo de México y América Latina”.
También recibieron el honoris causa, Francisco C. Cigarroa, director del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Texas, en San Antonio, y Romeo Rodríguez Suárez, coordinador de asesores de la Secretaría de Salud.
Monsiváis: domina en el país el universo de los reprobados virtuales y prácticos
■ La educación a tropezones se traduce en una clase dirigente de capacidades vacilantes, dijo el escritor
■ La universidad pública “es una de las grandes raíces formativas de la nación”
David Carrizales (Corresponsal)
Ampliar la imagen El rector José Antonio González Treviño inviste con el grado de doctor honoris causa a Carlos Monsiváis Foto: Pablo Cuéllar/ Vida Universitaria
Monterrey, NL, 12 de septiembre. La educación pública o privada dista mucho de pasar por su mejor momento, de ahí que en la vida nacional lo mismo en México que en otros países, “domina el universo de los reprobados virtuales y prácticos”, señaló el escritor Carlos Monsiváis, al recibir el doctorado honoris causa por la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL).
En el contexto de las actividades por la celebración del 75 aniversario de la máxima casa de estudios de la entidad, que se cumple el próximo día 25, en sesión solemne del Consejo Universitario, el cronista expuso que “un país educado a tropezones, se traduce instantáneamente en una clase dirigente de capacidades vacilantes y concepciones frágiles”.
El autor de Nuevo catecismo para indios remisos, al agradecer la distinción, señaló que es “inmerecida, aunque, si me muestro ingrato con mi espíritu humilde, declaro que este acto me permite una gran alegría”.
Asimismo, indicó que “conviene advertir, o mejor reconocer las zonas de excelencia de la enseñanza pública, y que no todo en la enseñanza pública es exclusión, ni mucho menos, si en proporción altísima (las universidades) satisfacen como pueden los requerimientos del país”.
Sin hacer de lado la crítica agregó que aún quedan lejos los tiempos para reducir desigualdades sociales mediante la educación pública, pero asentó que son las universidades públicas las que mueven al país, aunque no de forma perfecta.
“Con sus errores, limitaciones y urgencia de autocrítica, las universidades públicas han sido y seguirán siendo uno de nuestros estímulos primordiales.”
Monsiváis expresó que si en las universidades públicas no hay debate, difícilmente lo habrá en otra parte, pues siempre han sido por excelencia un espacio de confrontación, crítica, entusiasmos y a veces de sectarismos.
Para el autor que analiza los temas actuales con gran seriedad y sentido del humor, y fue calificado por el rector José Antonio González Treviño como “el padre de la crónica en México”, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) “sigue siendo el sitio mayor de las discusiones”, como se ha demostrado recientemente con sus aportes al tema de la reforma energética.
Entre el debate y la melancolía
Carlos Monsiváis se manifestó convencido de que cada momento del debate arrastra a los estudiantes y que “si esta etapa del país no se va a caracterizar por el debate, se va a distinguir por la melancolía”.
En general, dijo, la universidad pública es “una de las grandes raíces formativas de la nación”.
Añadió que “hay ventajas en la educación pública innegables, y también en la privada, y no es cosa de ponerlas a contender, aunque ya se dijo que todo en la vida es competitivo, porque sólo así se demuestra que se está viviendo el neoliberalismo.
“En la gran mayoría de los países –subrayó– la educación pública o privada dista de vivir su mejor momento para la formación integral de los estudiantes.”
La crisis educativa, afirmó, significa que en cada país domina el universo de reprobados virtuales y prácticos.
El rector de la UANL, dijo que Monsiváis, “ha forjado un lenguaje distintivo y auténtico para representar la riqueza de la cultura popular, el espectáculo de la modernización urbana, los códigos del poder y las mentalidades”.
Además, expuso, “es uno de los más reconocidos intelectuales mexicanos a través de su obra, con la que ha renovado las formas de la crónica periodística, el ensayo literario y el pensamiento contemporáneo de México y América Latina”.
También recibieron el honoris causa, Francisco C. Cigarroa, director del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Texas, en San Antonio, y Romeo Rodríguez Suárez, coordinador de asesores de la Secretaría de Salud.
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