
El tiempo del ayuno comienza a envolvernos con sus sutiles bendiciones un año más, una vuelta más en nuestro tawaf, circunvalando la kaaba de la Realidad. El mes de Ramadán es un mes lleno de bendiciones y de báraka. Lo han dicho los profetas, los santos y los conocedores, y nosotros lo vamos comprobando a medida que vamos viviendo como musulmanes.
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