viernes, 12 de septiembre de 2008

Señores nada con prepotencia todo con medida.

Paradigmoterapia
Pablo Delgado Rannauro
Señores nada con prepotencia todo con medida.

Circulaba por la calle sur 31 para incorporarme a la oriente 6, ahí frente al asilo Mier y Pesado: me detiene el delegado de tránsito Juan Ramón Herebia H. le hago una seña llevo prisa, dice es un operativo al azar “sic”.
Me estaciono en una barrera de conos naranja, atrás de dos vehículos que estaban en fila para pasar por una revisión forzada en una unidad portátil, para verificar la realizada en un centro de verificación autorizado.
Quedo sorprendido del show que monto el coordinador estatal del medio ambiente Alonso Domínguez Ferráez, junto con el delegado de tránsito de Orizaba: citaron a la prensa para mostrarse como funcionarios públicos, cosa que en mi opinión no es necesaria ya que es su trabajo.
Le digo al Lic. Alonso oye ¿por qué me detienen? Me contesta es que le vamos a realizar la verificación a tu vehículo: pero si tengo en regla la documentación y además llevo prisa, dice: que son nada más 5 minutos le comento tú no sabes de lo que tengo agendado para hoy.
Me están retrazando “no se vale” mira aquí esta la verificación, luego le muestro el holograma que esta en el medallón trasero del vehículo, vuelve a decir que son 10 minutitos: le contesto estas son ma….., te digo que si estoy en regla me tengo que ir y tú no tienes porque modificar mi agenda. Además revisen primero los vehículos chatarra que echan humo como chacuaco.
Ante tal intransigencia ni modo “molesto” me espere, llegó el turno de revisión para mi vehículo y certificar que cumpliera con los estándares de sus parámetros de contaminación.
Al cumplir ellos con su cometido y sin tener argumento alguno después de 20 minutos me dejaron que continuara con mi viaje.
Obviamente llegué tarde a una junta de negocios en la ciudad de Córdoba, afortunadamente en la reparación del puente de “Metlac” no tarde mucho tiempo en pasar. A la salud de quienes decomisaron mi tiempo tuve que pedir una disculpa a la asamblea.
El afán protagónico de los actores de esta anécdota, es válido. Solo que no se vale que dispongan a su capricho del tiempo de los demás.
Es preferible que nos inviten a los ciudadanos: seguramente habrá muchos que deseen coadyuvar, pero otros traemos el tiempo medido, por un imprevisto como el que tuve antes de salir de mi oficina.
pablodelgado14@hotmail.com

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